jueves, 27 de julio de 2017

Mi frasco adimensional

Sobre la mesa de luz de mi habitación mental descansa un frasco imaginario que en algún momento que ya no recuerdo coloqué para ir guardando esas cosas intangibles que me gusta recuperar.

Hay algunas sonrisas que no olvidé congelar, el color del cielo al amanecer,  y hasta el ademán de tus manos que hiciste sin pensar.

Entre diferentes aromas hay algún reflejo de la luna sobre el Uruguay, tu voz, algunos versos, sutiles recuerdos y vívidos ensueños sin realizar, y en un rincón se estructuran listas de canciones en un reproductor especial.

En un frasco de infinita capacidad, no desperdicio el espacio con cosas vagas al azar.

Hay tres estrellas no alineadas, la comisura de sus negros ojos al sonreir, un eterno rojo estallando en luz y sus ojos celestes reflejando el mar.

Flotan citas de libros que alguna vez leí, estribillos de canciones que me dijeron a donde ir, y por supuesto Gustavo cantando Lisa si me quiero zambullir.

En mi frasco de infinita capacidad, no pierdo la oportunidad, de guardarlo para poderlo recuperar.

Abro el frasco y deslizo una nueva canción para que me acompañe en la estación después sol, cuando el descanso conoce la mejor posición.

Ahí donde muchos esperan música para volar, yo grabo paciente una melodía para aterrizar.

martes, 13 de junio de 2017

Conectar

Algunas veces el tiempo es tan corto y tan mucho a la vez que a falta de tenerlo comenzamos a fabricarlo. 
Suspendemos actividades para concretar otras, borramos la agenda y reescribimos. 
De pronto las horas de un día no nos alcanzan y luego de unos meses reaparezco buscando mi pequeño espacio.

Porque en la vorágine de las obligaciones debemos recordar las pasiones, disfrutar de las cosas simples, de aquellas que casi por poco no hemos olvidado o transformado dándole nuevos significados a viejas palabras.

Por eso hoy propongo que hagamos algo que hacíamos antes, cuando no existían tantas conexiones frágiles y efímeras, propongo hacer algo que hacíamos cuando teníamos tiempo...
Les propongo CONECTARNOS

Un día sin darte cuenta vas a abrir la ventana
¡y se te va a meter un mundo como chiflete!
Una ventana que no es windows,
a un mundo que no se sostiene en redes…

Un día vas a cumplir tu promesa espumosa del “tenemos que vernos”
y ¡vamos a vernos!
¡Vas a pensar la ropa y el perfume para asistir al evento!

Como hacías antes, cuando tenías tiempo.
Cuando tenías tiempo.

Vas a calentar el agua y a preparar el mate,
vas a ordenar tu mochila y tu corazón
para esperarme.

Vas a cumplir un ritual olvidado,
de preguntarse qué me pongo...
(o si habremos cambiado)

Un día vamos a vernos las caras,
Y a contarnos un chisme,
que no se verá en Facebook,
ni se replicará en Twitter.

Un día la puesta de sol
mezcla de mate y eucalipto,
nos encontrará con la campera al hombro
y un suspiro bendito
congelará la imagen, sin corazoncitos,
y será compartida como siempre había sido.

Y volveremos a casa,
sin 140 caracteres escritos,
sin pantallazos recortados de 500 bios,
pero con el corazón lleno de amigo.

Magalí Frutis

martes, 25 de octubre de 2016